miércoles, 19 de mayo de 2010

Fotografiando a mi hermana (por veja)

Hola a todos, me llamo Juan y quiero contaros el veranito que pasé junto a mi hermana hace ahora un año.

Para presentarme debo decir que cuando sucedió todo esto yo acababa de terminar el instituto y había aprobado el examen de acceso a la universidad. Para descansar después de un año de tanto estudio había decidido irme a un chalet que compraron mis padres en un pequeño pueblo de Menorca. Hasta aquí todo bien, el único problema es que también estarían mi hermana y su novio Carlos. No tengo ningún problema con mi hermana, al contrario, pero es que su novio es gilipollas integral, se conocieron en la universidad y es una persona chula y prepotente, que a mi me trata con desdén sólo por ser el pequeño. Mi hermana sabía que no le tragaba pero hace muchos esfuerzos para que nos llevemos bien, hasta ahora todos inútiles.

Mi hermana, la verdadera protagonista de la historia, se llama Laura y tiene 23 años. Mentiría si dijera que es una chica normal porque la verdad es que es bastante agraciada, que está muy buena, vamos. Sólo mi padre había logrado convencerla de que no se metiese a modelo y estudia Medicina. Para que os hagáis una idea es bastante alta, delgada, culo prieto y duro y unas tetas de escándalo, grandes y bien puestas. No voy a negar que durante la adolescencia, cuando estás todo el día pajeándote, había fantaseado alguna vez con ella, pero ese tabú que es el incesto me había impedido nada más.

Así que a mediados de julio nos fuimos a Menorca. Alquilamos un coche para movernos por la isla y llegamos al chalet de nuestros padres. Está situado en una zona muy buena, de hecho desde nuestro balcón dominamos una de las playas del lugar. El pueblo tiene dos playas, una nudista y una normal, la nuestra tristemente sólo cubría la normal. A la nudista nunca había acudido, y no sería por falta de ganas, este año me había propuesto ir.

Total que después de deshacer todas las maletas y como era tarde y estábamos cansados del viaje fuimos a cenar a un restaurante del pueblo y después a dormir. En el aeropuerto había comprado el típico libro que se vende en esos sitos, un libro de espías sin la menor calidad pero que me enganchó, por eso a pesar del cansancio me quedé leyéndolo en la cama hasta bien entrada la noche. Debían de ser las dos o las tres de la madrugada cuando oí una especie de quejido desde el otro lado de la casa. Al minuto ese quejido fue ganando volumen y sonaron también unos ruidos. Me levanté temiendo que algún ladrón hubiera entrado, avancé a través del pasillo cuando los quejidos se convirtieron en una sinfonía, vi que la puerta de la habitación de mi hermana estaba medio abierta, asomé un poco la cabeza y descubrí el pastel: vi a mi hermana follando salvajemente con su novio, estaba a cuatro patas y su novio se la estaba metiendo con ganas, los dos estaban sudando y follando como posesos, lamentablemente no pude fijarme bien en el cuerpo de mi hermana ya que lo tapaba el cuerpo del imbécil de su novio.

Casi sin darme cuenta mi polla creció y creció hasta molestarme dentro del pantalón. Estaba a punto de sacármela cuando de repente cambiaron de posición, temiendo que me vieran me aparté de la puerta y me alejé de puntillas hasta mitad del pasillo. Los jadeos y los gemidos fueron ganando intensidad, yo no pude evitarlo y me saqué la polla del pantalón, estaba dura como nunca, y me empecé a pajear, a los pocos segundos oi un grito de mi hermana y de su novio y comprendí que se habían corrido, yo seguí con mi paja hasta que me corrí echando largos chorros sobre el suelo del pasillo. Limpié como pude la lefa y me metí en la habitación.

La imagen de ellos dos follando no se me quitaba de la cabeza. No pude conciliar el sueño y  una hora después volví a la habitación de mi hermana con la polla como un asta de bandera. Estaban dormidos, mi hermana estaba un poco cubierta por las sábanas pero aun así estaba de espaldas y pude ver un poco de su esplendido culo, lo que provocó que me encerrara en el baño y me pajeara por segunda vez. En ese momento no pensé que me estaba masturbando con mi hermana, simplemente era una tía buena.

Ni que decir tiene que después de esas dos pajas dormí como un bendito hasta bien entrada la mañana. Cuando me levanté me encontré con una nota de mi hermana en la que decía que se había ido con su novio a comprar comida. Desayuné y abría las ventanas de la casa, el tiempo era espléndido, hacía un día radiante y típicamente veraniego. Decidí aprovechar esos minutos para aprender a usar la cámara de fotos que me habían regalado mis padres, era basten complicada porque tenía un montón de botones que yo no sabía ni para que servían. Decidí salir a la terraza para que me diera el aire cuando até un cabo, a escasos Decidí probar la cámara en acción. La playa estaba a rebosar así que material para fotografiar no me faltaría.

Encendí la cámara y apunté, decidí probar el zoom que según decían las instrucciones era muy potente, enfoqué al mar disparé, la verdad es que parecía que me estaba bañando allí, se veía a la perfección. Fui moviendo el objetivo hasta la playa, lo primero que apareció fue una gorda echándose la crema, pues si que empezábamos bien, giré ala derecha y me encontré con una rubia tremenda, debía de ser extranjera o algo así. Apunté y apreté el disparador, hice varias fotos que quedaron bastante bien.

En eso estaba cuando oí como se abría la puerta y entraban mi hermana con su novio. Oculté la cámara como pude y salí a recibirles.

Durante la comida, mientras hablábamos, no paraba de fijarme en mi hermana, llevaba puesto solo el bikini y unos pantalones muy cortos que casi ni le cubrían el culo. No me quitaba la imagen de ella follando a lo bestia con su novio que había visto la noche anterior 

-¿Juan te pasa algo? Estás en la luna

-No perdona, es que no he dormido bien-me di cuenta de que la había pegado porque mi hermana miro a su novio temiendo que les hubiera oído.

-Bueno duérmete la siesta después de comer que después por la tarde iremos a la playa ¿te parece?

-Sí, claro

Recogimos los platos y me eché en la cama, oí como ellos también se metían en su habitación pero no repitieron la fiesta de la noche anterior.

No pude dormirme y salí otra vez a la terraza con la cámara, a pesar de ser la hora de comer había bastante gente y pude sacar un par de fotos más.

A las 1730 mi hermana y su novio se levantaron

-Venga Juan ponte el bañador

-Espera un poco yo iré un rato después

Mi hermana me miró sospechando algo, pero al final se fueron si mí.

Mi plan era claro, iba  hacer fotos de mi hermana en bikini. Esperé 15 minutos y salí con mi cámara escondida en una bolsa de playa para captar imágenes de mi hermana más de cerca. Intenté buscar un sitio estratégico desde el que dominar toda la playa y vi un pequeño promontorio cubierto de matorrales. Sin dudarlo un segundo lo escalé a pesar de que me raspé todo el brazo con las zarzas y me aposté para inmortalizar a mi hermana ligera de ropa. Puse el zoom y la busqué, a los pocos segundos di con ella. El corazón me dio un vuelco, estaba preciosa, llevaba un bikini blanco pequeño no, diminuto, apenas le cubría las tetas. Además llevaba un tanga finísimo que dejaba ver su culo prieto que parecía un melocotón. Me quedé varios segundos mirándola, completamente ruborizado y tomé mi primera foto.

Fue entones cuando sentí una mano que me agarraba del hombro.

-Se puede saber que haces niñato de mierda

Me di la vuelta y era un policía municipal que me había visto sacar la foto. 

-Te he dicho que qué coño estás haciendo

Me había metido en un lío,  no se si eso estaba penado pero rápidamente me libré de su mano y eché a correr en otra dirección, él no hizo además de perseguirme pero se había quedado con mi cara, la próxima vez tendría que andarme con cuidado. Regresé a casa y comprobé la foto, solo era una pero valía su peso en oro, como estaba mi hermanita. Fui al baño con la cámara y me hice una magnifica paja con la imagen de Laura.

Decidí volver a la playa y encontré a mi hermana con el novio, maldije mi suerte cuando vi que se había puesto una camiseta porque estaba en el chiringuito con su novio.

Volvimos a casa y cenamos, cuando ocurrió lo inimaginable. Entré un momento al baño y cuando salí me encontré a mi hermana con mi cámara.

-Vaya que guardada te la tenias no la había visto hasta ahora.

Que imbécil había sido, la había dejado al lado de la televisión a la vista de todo el mundo.

-Dámela que es muy delicada

-Tranquilo hermanito que no la voy a romper

La encendió, yo avancé hacia ella pero fue demasiado tarde, se puso a revisar las fotos que había hecho, primero vio la de la extranjera y sonrió, pero luego vio la suya

-Juan, que es esto

-Nada, es que estaba probando y...

-¿Desde donde has hecho esta foto?

-Desde una duna que hay cerca de la playa

-¿Y entre toda la gente de la playa tenias que elegirme a mí?

-Bueno, es que te quedaba tan bien ese bikini

Nos miramos y ambos nos ruborizamos

-Que niño eres todavía Juanito

Me dio la cámara y se fue a su cuarto.

Esa noche salimos por el pueblo, estuvimos en varios bares y ante mi sorpresa mi hermana no solo  no estuvo borde conmigo sino que estuve súper amable y haciendo bromas constantemente. Volvimos de madrugada y nos echamos a dormir. Me puse a leer mi libro con la esperanza de que se repitiera lo de la noche anterior. No me equivoqué. A los pocos minutos escuché el ruido de la cama crujiendo y algunos jadeos. Me levanté y sin hacer ruido avancé por el pasillo. De nuevo la puerta estaba abierta, pero de par en par, ¿como podían ser tan descuidado? Vi su espalda y su culo, vi como sus tetas botaban, sin dudarlo me saqué de la polla del pantalón y empecé a pajear, mi hermana comenzó a gritar y a aullar de una manera exagerada, yo estaba como una moto y me corrí echando mi leche sobre la pared del pasillo mientras que ellos se corrieron poco tiempo después. Volví a mi cuarto y me dormí.

A la mañana siguiente, antes de levantarnos, recibí un mensaje en mi móvil muy pronto. Era de mi hermana:

"Hoy iremos a la playa por la mañana, asegúrate de hacer más fotos que ayer. Besos, tu hermana"

Tuve que leerlo dos veces porque no me lo creía ¿me estaba pidiendo que le hiciera fotos? Al levantarme vi a mi hermana otra vez con ese diminuto bikini, su novio estaba al lado pero me guiñó el ojo. Desayunamos y hablamos normalmente, a pesar de que yo estaba un poco nervioso, a la media hora vi como salían hacia la playa.

-Juan nosotros nos vamos ya, ¿qué no se te olvide venir hoy eh?

-Sí, claro, ya iré- me temblaba un poco la voz

Esperé un tiempo prudencial, agarré mi cámara, la bolsa de la playa y salí. Esta vez no podría subirme al promontorio donde me había pillado el policía. Busqué algún otro lugar con buen ángulo desde el que dominar la playa, parecía un papparazzi buscando fotos de la Pantoja o de la Obregón.

Tras dar muchas vueltas di con el lugar adecuado, había un pequeño bote cubierto con una lona a un lado de la playa. Miré a mí alrededor, vi que nadie me observaba, levante la lona y me metí dentro. Esperé unos segundos y cuando comprobé que nadie me había visto, alcé un poco la lona lo suficiente como para meter la cámara. Puse el zoom y busqué a mi hermana. La verdad es que se veían algunas chicas increíbles en esa playa, sobre todo extranjeras, a las que saqué algunas fotos.

Por fin encontré a mi hermana, iba con el bikini puesto y su novio le estaba poniendo aceite protector en la espalda. Iba preciosa con unas tetas impresionantes, grandes pero proporcionadas, cual fue mi sorpresa cuando de repente se agarró el bikini, se lo quitó y dejo ver sus preciosas tetas al aire. Cogí aire, enfoqué y apreté el disparador. 

Mi hermana estaba genial, no hacía más que poner posturas sugerentes para que yo la fotografiara mejor, tomé un montón de fotos de ella. Me puse como una moto al ver a mi hermana así, tuve una erección brutal pero la verdad es que tenía un cuerpo para morirse, un culo precioso y las tetas para que hablar.

Agoté la batería sacando fotos de mi hermana y volví a casa justo cuando ellos recogían las cosas. Llegué un par de minutos antes que ellos.

Mi hermana me miró y yo asentí, y ella sonrió.

Durante la comida mi hermana soltó

-Juan esta tarde vamos a ir a la playa nudista, que parece mentira que llevemos viniendo a este pueblo tantos años y todavía no la hemos estrenado, ¿te apuntas?

Por supuesto que me apunté, no quería ni imaginarme lo que iba a ser eso viendo desnuda a mi hermana. Después de dormir la siesta cogimos la sombrilla, las toallas, y fuimos los tres a la playa. Yo estaba nerviosismo porque pensaba que la situación podría desbordarse delante del novio de mi hermana, y no me equivoqué, de hecho en el camino hacia la playa ya estaba medio empalmado y tenía que hacer malabarismos para que no se notara la tienda de campaña en el bañador. Finalmente llegamos y nos establecimos allí, yo fui el primero en desnudarme y me tumbé en la toalla para que no se me notara la polla que ya estaba totalmente erecta, noté como mi hermana no me quitaba ojo de encima, el segundo en quitarse la ropa fue su novio, comprobé con alegría que la tenia más pequeña que yo. Por ultimo fue mi hermana, ya le había visto las tetas pero lo que me dejó de piedra fue cuando se quité el tanga y quedo totalmente desnuda ante mí, tenia el coño depilado. Menos mal que estaba apoyado contra la toalla porque mi polla estuvo a punto de reventar ante esa imagen del coñito de mi hermana.

-Juan ¿te vienes a dar un paseo por la orilla?-me dijo el imbécil de su novio para intentar ser mi amigo

-No, es que ahora no me apetece, quizás luego, ve tu solo-la verdad es que no me podía levantar pues iba a ver que estaba totalmente empalmado por culpa de su novia

-Déjale, además alguien tiene que echarme crema solar

-Bueno, como quieras

Se fue a dar su deseado paseo por la playa y nos quedamos solos mi hermana y yo. Ella se tumbó en la toalla y vi como sus tetas se estrujaba entre su cuerpo y la toalla. Quedó de espaldas a mí y dijo

-¿Que pasa que no vas a echarme crema?- y me ofreció el bote

-Sí, claro- por suerte miró a la arena y no a mí, porque estaba totalmente erecto. Me levanté cogí el bote y me puse en cuclillas sobre su duro culo, con la polla como un asta de bandera, eché un poco de crema sobre su espalda y comencé a extendérsela, procurando que mi erecto rabo no rozara a mi hermana.

Como una novia que había tenido era masajista me dediqué a darle un sensual masaje por la espalda, ella cerró los ojos y parecía en la gloria, fui siendo más atrevido y toqué el contorno de sus tetas y algo más, palpé uno de sus pezones que estaba duro como una piedra. Yo estaba a 100, me daban ganas de darle la vuelta y follármela allí delante de todo el mundo. Di un paso más y comencé con sus muslos, ella se debió sorprender al notar mi mano allí porque puso cara de susto, y no es para menos, ya que conforme subía a su coño me di cuenta de que estaba totalmente empapada. Toqué un poco sus flujos y ella dio un gritito, decidí terminar con la situación porque no sabía como podía acabar aquello, puse el bote en la bolsa pero cuando me iba  levantar la lié: sin querer mi erecta polla rozó recorrió su culo de arriba a abajo mientras me apoyaba en las manos para levantarme. Juro que lo hice sin querer, pero mi hermana se recostó y tenía cara de alucinada, a lo lejos vimos que su novio volvía así que no dijimos nada y nos sentamos, a los pocos minutos mi erección bajó y pude cambiar de postura.

Ella me miraba y sonreía

-Juan, quieres que nos demos un baño, hace mucho calor y necesito refrescarme, ¿te importa Carlos?

-Claro que no cariño

Que imbécil de novio tenía mi hermana.

Nos levantamos y fuimos hacia el mar, por suerte íbamos de espaldas porque mi polla empezó a empalmarse como antes. Nos metimos en el agua, por suerte allí no se podía ver mi rabo desde fuera.

Mi hermana  miró a su novio, lamentablemente estaba mirando en nuestra dirección.

Se me acercó y me susurró al oído:

-Estoy calentísima, te espero en 10 minutos en la cala de al lado-cerca de la playa había una pequeña cala muy difícil de acceder- tu ve nadando que yo iré a pie.

Nadó un poco y salio del agua, vi como hablaba con su novio diciéndole que iba a la playa, yo aproveche y fui nadando.

Era un cala totalmente aislada así que podríamos estar aislados de cualquier mirón. Esperé con impaciencia a los pocos minutos vi a mi hermana subiendo las rocas que daban acceso a la cala, se acercó a mi y me polla la recibió totalmente empalmada.

Estaba espléndida, con sus tetas al aire y su coñito depilado. Fuimos hasta un rincón protegidos de las miradas ajenas y nos fundimos en un apasionado beso, mi pene oprimía su tripa, no me lo podía creer ¡estaba besándome con mi propia hermana!

Nos tumbamos sobre la toalla

-No sabes las ganas que tenía de follarte hermanito, desde que te vi haciéndome fotos en la playa se ha despertado algo en mí que llevaba incubando desde hace mucho, deseo que me folles

-Yo también, tengo que reconocer que me puse celoso cuando te vi follando con el imbécil de tu novio, pero ahora voy a aprovechar la oportunidad y follarte como nunca.

Sin más metí la cabeza en su coñito y pude lamerlo y chuparlo, estaba mojadito y no tenía ni un pelo, ella empezó a gemir enseguida mientras yo seguía con mi tarea, la situación era de lo más morbosa, ella y yo follando bajo un sol abrasador en una playa desconocida, apenas llevaba un minuto pero no tardó en correrse empapando mi cara con sus fluidos.

Se recostó y agarró mi polla que ya estaba que echaba humo, se inclinó y sin dudarlo un segundo se la metió en la boca rápidamente mientras con su mando derecha estrujaba mis cojones, la verdad es que se le veía experimentada en esas lides, primero se metía toda la punta y la lamía y luego toda la polla hasta la base, provocando mis gemidos, había tenido varias novias pero nunca me la habían chupado así, por lo que no tardé en dar signos de que iba a correrme.

-Me voy a correr hermanita

Ella aceleró el ritmo de la mamada, yo pensé que se la sacaría de la boca pero parecía que se lo quería tragar, yo no podía más y a los pocos segundos noté como mi lefa se abría paso por mi polla y disparé hasta cuatro chorros en la boca de mi hermana, que se lo tragó sin rechistar. Cuando sacó mi pene de su boca no quedaban apenas restos de mi semen sin duda la zorra de mi hermanita tendría que haber hecho esto antes.

-Ahora quiero que me folles sin parar, a ver si se te da tan bien como hacer fotos-dijo con una sonrisa de niña mala

Mi rabo se había recuperado y estaba listo para dar una lección a mi hermana

La tumbé sobre la toalla, la abrí las piernas y me dispuse a follarla. En un principio jugueteé con la punta como si no quisiera meterla solo rozaba su rojo y empapado coño

-Métemela ya cabrón

-Tienes ganas eh hermanita

Sin más dilaciones se la metí de golpe, ella dio un gritito mezcla de dolor y placer, estaba bien lubricada así que comencé a follarla con dureza, metiéndola y sacándola rápidamente, la polla me quemaba cuando estaba dentro de ella, el morbo de estar follándome a mi propia hermana, la situación ella y yo solos en la playa, el calor sofocante, el ruido del mar, y las ganas de hacerlo me hicieron disfrutar del mejor polvo de  mi vida, no se cuanto tiempo estuvimos follando pero nuestros gemidos se transformaron en aullidos y luego en gritos a los cuatro vientos mientras la penetraba salvajemente, sudamos, nos besamos, nos acariciamos nos insultábamos, nos provocábamos durante eso rato en el que nuestros cuerpos estuvieron unidos, yo notaba como ella encadenaba orgasmos uno detrás de otro y como intentaba sujetar mi polla con las paredes de su coño para que no escapara, finalmente note señales inequívocas de que me iba a correr.

-Me voy a correr Laura

-Córrete dentro de mi

-Pero...

-Me da igual quiero sentir la leche de mi hermano en mi coño

Esa fue la gota que colmó el vaso, no aguanté más mi polla se infló y explotó vaciándose por completo en el coño de mi hermana que se inundó y tuvo que expulsar parte sobre la toalla. Caí rendido sobre ella y nos abrazamos en un mar de semen, sudor y cansancio disfrutando del magnífico polvo que acabábamos de echar.